Estoy nervioso, me tiemblan las
manos, es mi primera vez, mi primera raya. Será la primera de muchas otras,
muchísimas, lo sé. Y el modelito que llevo ésta noche, cómo canta, ¿qué diría mi padre?: – No te eduqué para
eso.- O algo parecido. Pero bueno que más da, además de noche todos los gatos
son pardos. Y con el parpadeo de esas luces cegadoras nadie se fija. Otra más,
menudo subidón, hacía tiempo que no me sentía así de bien, vuelvo a ser dueño
de mi destino, de mí mismo. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero toca otra.
Ahora me gustaría tener delante a mi suegra, se iba a enterar, la iba a poner
en su sitio. Diciendo siempre que nunca llegaría a ser nadie. Veo a una chati
que está tremenda, le grito: ¡Guapa!, le diría algo más pero toca otra raya.
-¡Eh chaval!, no crees que
deberías bajar un poco el ritmo. A este paso te vas a quedar sin pintura, y
queda mucha carretera que pintar.- Dice el compañero de mantenimiento de
autovías, se gira al conductor y le dice. – ¡Da gusto ver a un chaval con ganas
de trabajar y no como otros que se pasan la noche metiéndose rayas! -
es bueno
ResponderEliminar