jueves, 21 de febrero de 2013

Microrelato: El impostor


Rutinariamente, intercambio sus pulseras identificativas, están dormidos y no se percatan de nada, la mía también entra en juego. Me quedo con la de un tal Ramón. Antes de poder leer su ficha entra la enfermera.

-¿Señor Ramón?-

- Yo mismo- respondo.

-¿Y qué hace despierto? Venga, prepárese que le toca entrar a quirófano. - 

A mi edad y con las listas de espera que hay, cualquier apaño que me hagan bueno es. Me quedo dormido con la incertidumbre de qué me arreglarán esta vez.

Cuando despierto el cirujano me recibe dándome la buena nueva.

- Enhorabuena Ramona, ha salido todo bien.-