lunes, 21 de enero de 2013

Microrelato: Mil flores


Sergio admiraba la explosión de colores y aromas que cada primavera, poblaba aquellos prados por lo general inundados por un monocromático océano verde. 

Humildes margaritas, pitonisas del sí o el no, compartían modestas el espacio con petunias de cien colores, cada una dueña de su propia esencia. Dondiegos cuyas hojas asemejan el corazón de la dama que se quiere encandilar. Claveles, flor de los Dioses, formando pequeñas islas como haciendo piña. Tulipanes, indecisos la mayoría. Algunos eligen el púrpura, los más osados. La mayoría no obstante se conforma con un neutro tono blanco o rojo. Ostentosos crisantemos, incapaces de mantenerse en el anonimato con colores y dimensiones modestas.

Todas y cada una de ellas serán arrasadas en cuestión de horas, y es que el rebaño de Sergio tiene un paladar muy sibarita.

miércoles, 16 de enero de 2013

Microrelato: La búsqueda


Le aseguró que allí la encontraría. La biblioteca era una cordillera interminable de tomos olvidados e historias huérfanas, todos los libros que alguna vez se hayan escrito y, por prodigioso que pueda sonar, los que están por escribir. Ojeó escéptica al principio, pero como suele suceder, se sumergió hasta casi quedar sin aliento en pasiones y desdichas, teorías  agnósticas y místicas leyendas. Después de leer y releer todos y cada uno de los libros, seguía sin encontrarla. Furiosa e indignada  volvió con el falso oráculo. Lo encontró absorto en la lectura de un volumen que le era desconocido. -Debe ser ése - pensó. Se dirigió con paso firme hacia él y le exigió ver el libro. – Sí, aquí se encuentra lo que andas buscando. Te lo entregaré gustoso, pero quiero algo a cambio.  Quiero que me entregues al ser que crece en tu interior- le dijo señalando su incipiente vientre. Horrorizada contempló como el sabio transmutaba en un ser diabólico. Intentó correr, pero el terror la tenía presa. En el último instante se despertó. Torpemente se dirigió al baño, frente al espejo se preguntó si realmente había perdido la esperanza. Acarició su vientre y dijo, jamás.