domingo, 15 de abril de 2012

Monólogo: El guarro


Tengo un amigo que vive sólo.  El tío tiene unos problemas terribles para encontrar asistenta.

La última, al ver la cantidad de ropa que tenía por planchar,  le pidió un plus de peligrosidad. No tenía una montaña de ropa por planchar no… ¡¡tenía toda una cordillera!!, vamos ni los Alpes Suizos. No necesita una asistenta para planchar.  ¡Necesita al último superviviente!

La verdad que no me extraña, estaba en su cocina el otro día y al intentar coger una sartén para fregarla, por poco me disloco el hombro al despegarla del mármol. Y va y me pregunta.- ¿Qué haces?- Le digo que poner el lavavajillas, me dice que mejor que no. Al parecer la última vez que lo abrió, apestaba de tal manera que un vecino llamó a la policía denunciando que había un cadáver.  

De vez en cuando voy a su casa e intento echarle una mano, le pedí la escoba, me dijo que no tenía.  Se ve que le dio un arrebato un día, intentó barrer por debajo de las camas y una araña se la quitó. –Bueno-, le dije, -Pues cómprate otra, y ya de paso cambia la mopa gris hecha unos zorros que tienes ahí sin mango.- Me contestó que no, que eso era su perro.

¡Y los papeles! Tiene toda la casa llena de papeles sin clasificar. Se puso a ordenar el correo por fechas y tuvo que mandar las cartas a un laboratorio, para que le hicieran la prueba del carbono 14.

También tiene un jardincito, algo descuidado. Le sugerí que contratara a un jardinero, dice que ya lo tiene, pero que hace meses que le perdió el rastro entre los geranios.

Cómo no veía en qué podía ayudarle me dio por sentarme en el sofá, el caso es que tenía una funda, la quité, salí al balcón y le di unos golpecitos. ¿Recuerdan ese día que hizo tanta niebla?

No se puede decir que le vaya mal en la vida, no se piensen. De vez en cuando el ejército le alquila la habitación de la plancha para hacer maniobras de supervivencia. Y unos científicos le pagan una pasta por investigar en la cocina, se ve que han catalogado varias especies nuevas de cucarachas y otros bichos. 

Y la última vez que desatascó los pelos del desagüe, los secó, los vendió a una peluquería y se compró un porche….