Somos dos tíos fuertes, ¿a que
sí? - preguntó Pablo – ¡¡Mucho!! -confirmó David con diligencia. -Y temibles en
combate, ¿no?- -¡¡ Los más fieros sin duda!!- aseguró su interlocutor con la
mirada perdida en el horizonte. – Estos aldeanos cobardes son unos exagerados, no
será tan grande como afirman – una sombra de duda teñía la voz de Pablo. - Yo he visto a ese engendro
del demonio, he de decirte que los
testimonios son fieles. Será mejor que prepares tu acero y temples tu ánimo
amigo, en los años venideros se hablará de esta hazaña y de cómo Pablo y David
vencieron a Goliat. ¿Pablo?, ¡¡ ¿dónde vas?!! -