jueves, 24 de mayo de 2012

Relato: Sin cobertura




Al consultar el importe de la factura de su nuevo móvil de  ultimísima generación, se sorprende al ver una cuantía incorrecta y servicios que no recuerda haber contratado. Llama a la compañía. Un hilo musical que contrasta absurdamente con su estado de ánimo le da la bienvenida.

- Ha llamado a atención al cliente de “aquí la compañía que elijáis”,  le daremos varias opciones escoja una: Consumo, pedidos, tarifas, ofertas,  información de su cobertura geográfica, información para autónomos - interroga la grabación con alegre tono servicial.

- Consumo –solicita paciente. La máquina responde confirmándole innecesariamente el valor de su factura, le pregunta si quiere algo más.

– Sí – contesta ofuscado.

– Elija una de las opciones: Consumo, pedidos, tarifas, ofertas,  información de su cobertura….

– Enojado exclama alzando la voz.- Operador – Se interrumpe la grabación y la voz contesta tomándose la libertad de tutearle - perdona, no te entiendo.

- ¡Operador! – repite.

– Nada, que no te entiendo. Si quieres que te atienda un agente di “agente”.-

-¡¡AGENTE!!-

- Has solicitado la asistencia de un agente, mientras esperas a que tu llamada sea atendida te informaré sobre las ofertas actuales… - Exasperado aguarda a que la máquina termine su soliloquio, tras unos segundos eternos contesta un “agente”, que no operador.

- Buenos días, le atiende Rodolfo, ¿con quién hablo y que puedo hacer por usted?- le pregunta con un tono propio de un autómata. Se presenta y le detalla a Rodolfo su problema con la factura, esperanzado tras hablar con un ser de carne y hueso capaz de empatizar con su situación.    

– Espere, le paso con facturación – Responde Rodolfo sin despedirse. De nuevo esa extraña música que embravece a las fieras.  

- Buenos días, le atiende Sandra, ¿con quién hablo y qué puedo hacer por usted?- Inspira una bocanada de aire en busca de paciencia y le repite a Sandra la explicación que unos instantes antes le ha confiado  al tal Rodolfo.

- ¿Podría facilitarme el número del terminal? – solicita mecánicamente, obteniendo por respuesta una ráfaga de nueve dígitos, disparados con furia. 

- La factura es correcta, usted tiene un bono 6 de 600 megas adicionales de internet, la tarifa del pato 30, en total son 36 euros - responde omitiendo el detalle de los impuestos. 

- Pero es que yo no he pedido ese servicio, ni he utilizado esos 600 megas extra,  tengo suficiente con los 300 de la tarifa plana.-

- ¿No le informaron en la tienda?- esgrime hábil la operadora.

Tocado pero no vencido replica: – Debe haber un error, el primer mes no me cobraron ese servicio, ni siquiera consta en la factura. -
Satisfecho con sus capacidades analíticas y creyendo su argumento infalible, aguarda la rendición de su interlocutora.   

- Es que el primer mes es gratis - confiesa  Sandra sin edulcorarle la derrota.

- Si no le informaron adecuadamente en la tienda, póngase en contacto con ellos para aclararlo y le rembolsaremos  la diferencia – continua ahora más piadosa – ¿puedo hacer algo más por usted?-

- No- responde- bueno, sí. Da de baja el bono 6- solicita.  

- Ya está hecho- el teléfono emite un pitido, más tarde verá el mensaje informativo sobre la notificación de baja del servicio.- Ahora le pasaremos una encuesta para evaluar la atención al cliente. Muchas gracias por su llamada - se despide.  Cuelga obviando la encuesta y se pregunta qué habría pasado si no hubiese recordado solicitar la baja del servicio – menudos rateros están hechos.-

Decide tomarse un descanso para calmar los ánimos. Se sirve un café y se fuma un cigarrillo, - ¿cuánto dinero habrán recaudado con despistados como yo?- realmente no recuerda si en la tienda le informaron de la caducidad de la gratuidad del servicio- llamaré, total por probar - decide.

Se acomoda en el escritorio y busca el número de teléfono de la tienda donde compró el teléfono, es un número de “tarificación especial”, de pago vamos. Tras unos minutos de espera, amenizados esta vez con un hilo musical digno de un músico de jazz, hasta las cejas de ansiolíticos, un contestador automático le informa que todos los vendedores están ocupados, que llame en otro momento. Su segundo intento resulta más fructífero.

- La casa del Celular, le atiende Paula – tras plantearle la cuestión y confirmarle sus datos personales la vendedora le informa de su contrato. – Sí, usted tiene el bono 6, la tarifa plana del pato 30 y el modem internet.

- ¿Perdón?, pero ¿qué modem?- pregunta sorprendido.

- En la tarifa que  contrató le regalábamos un modem usb para conectarse donde quiera a internet, lo tiene esperando en la tienda desde hace unas semanas. ¿Nadie le ha llamado? Los tres primeros meses eran gratuito, así que si no lo quiere llame a su compañía para darlo de baja, claro que le facturarán éste mes. –

- Dígame, ¿qué horario tiene la tienda? – pregunta con calma.

- Estamos a su disposición hasta las diez de la noche.-

-Bien, hasta luego entonces.-

Media hora antes de las diez se presenta en la tienda, recoge su modem “gratuito” y se despide de la risueña dependienta y de sus compañeros que aguardan ansiosos la hora de volver a casa. Ninguno de ellos se percata de que el desconocido sale sin la mochila que cargaba antes de entrar. Recorrida la distancia de seguridad, saca el contenido de su bolsillo, el modem y un mando a distancia de fabricación casera. Acciona el interruptor del mando, la onda expansiva destroza los escaparates de varias tiendas que le rodean. Tira el modem en una papelera cercana  y se encamina hacia delirante cruzada.