Щенок продвигался вперед пригнувшись, стараясь имитировать несуществующие сорняки на крыше. Внезапно, в какую-то долю мига, оттолкнувшись задними ногами, он яростно атакует неподвижный комочек, толкая его своими крошечными когтями, прыгая на него, кусая и подбрасывая его в воздух, чтобы поймать его еще раз и весело продолжать свою игру. Родители птенца безропотно наблюдают за сценой.

Cuentos para pasar un rato diferente. Se agradecen enormemente valoraciones constructivas. (No me ha gustado por " lo que sea" o lo contrario). Ésta es la página principal, a la derecha están las publicaciones, si no teneis demasiado tiempo escoged un microrelato, no os llevará más de 5 minutos leerlo.
jueves, 21 de junio de 2012
Cat`s game "en Ruso"
lunes, 11 de junio de 2012
Microrelato: El maquinista
Hijos que vuelven al hogar y
serán recibidos con auténtica dicha por aquéllos que les dieron la vida. Corazones
agonizantes que como polos opuestos de un imán, tomaron la decisión anti-natura
de alejarse, sabiéndose incapaces de soportar la distancia. Almas invencibles en
busca de un nuevo comienzo. Trotamundos
con una mochila como única compañera de viaje, sedientos de aventuras. Niños
que interrogan a sus padres; cuánto falta, y si la abuela hará su dulce
favorito aquel año. Todos los días me levanto antes del alba para llevarlos a
su destino. Hoy, tal vez, te lleve a ti.
lunes, 28 de mayo de 2012
Relato breve: Un día de calor
De vez en cuando ese gran astro
colgado del cielo parece sublevarse contra su creador, ya sea un ser
omnipotente o una peculiar amalgama de coincidencias astrofísicas, con el único
propósito de complicarnos la existencia a los pobladores de ésta pequeña roca.
Poco a poco, a traición diría, parece incrementar su termostato, como un
chiquillo malicioso armado con una lupa, decidido a poner a prueba la
resistencia térmica del caparazón de un insecto despistado. Hoy es uno de esos
días.
No son ni las nueve de la
mañana, el calor del estudio hace imposible que me concentre
en la traducción de unos documentos al Alemán, que debo entregar mañana lunes.
El ventilador no sirve de gran cosa, reviso que esté a la máxima potencia y el
artilugio parece devolverme una mirada de impotencia. He degradado la camiseta
a pañuelo con el que secarme el sudor,
termino la segunda botella de agua, en un vano intento de rehidratarme.
Incapaz de soportar un instante más salgo a la terraza, me encuentro con mi
novia tomando el primer café del día. Sugiere que vayamos a la playa. Me parece
una idea espléndida.
No somos los únicos que han
tenido la ocurrencia de buscar refugio al amparo de las olas. Armado con la
nevera y el parasol me abro paso a duras penas entre un mar de gente medio
desnuda. Las zapatillas no consiguen impedir que la arena abrase la fina capa de piel que protege mis
pies. Con un doloroso “Sprint” consigo conquistar uno de los últimos huecos
libres y clavar victorioso nuestra bandera circular en el suelo. La
desplego, nuestros competidores, una
familia lastrada por el lento paso de una anciana y varios niños, me observan
con envidia y rencor mientras continúan su peregrinaje por aquel poblado
desierto.
Una vez a cubierto de los
lametazos del sol, saco los apuntes y continúo trabajando. Mi novia apenas cubierta
por su bikini, entrega su cuerpo otrora virginal al despiadado astro, uniéndose
al resto de devotos. No siento el menor reparo
por mi herejía, yo estoy fresquito y ellos se están cociendo en su propia
piel, aunque no parecen darse cuenta ni
importarles lo más mínimo.
Pasan las horas, el suave
murmullo de las olas se mezcla con los gritos de júbilo de unos adolescentes
que luchan en la arena. Están rojos, cubiertos de sudor y arena, de tanto en
tanto pactan una débil tregua para enfrentarse de nuevo con más energía. El
contrapunto es una pareja de ancianos, están tan cerca que si alargara la mano casi
podría tocarles. Leen tranquilos sendos volúmenes tan ajados como ellos mismos.
Su piel es un pergamino quebrado por el correr de los años y los días al sol.
Él se da cuenta que le observo y me dedica una amable sonrisa. Observo sus ojos a través del cristal del
vidrio de mis gafas, son enormes, negros y absurdamente saltones, le devuelvo
el saludo y me concentro de nuevo en mi labor con una extraña sensación de
desasosiego.
Mi novia vuelve del agua, me
salpica juguetona y se inclina para darme un beso. Está salada, sabe como a
pescado, tanto que casi me entran arcadas. Consigo reprimirlas justo antes de que
se separe y ocupe su puesto a mi lado. Rebusco en la nevera algo que me libre
de aquel sabor de boca. Elijo una cerveza helada, me recorre el cuerpo como un
bálsamo, me entrego a la sensación y cierro los ojos. La calma dura poco, mi
acompañante se sienta frente a mí y me invita a que le unte el cuerpo con
protector solar. Obediente le empiezo a masajear la espalda, resiguiendo su
columna con el movimiento circular de mis pulgares, mientras observo la escena
que nos rodea.
Sigue habiendo mucha gente, los
jóvenes que peleaban horas atrás, juegan a la pelota, pero sus movimientos son
extraños y antinaturales. Sus cuerpos antes flexibles y atléticos se han vuelto
torpes y lentos. Corren encorvados, no, no corren, saltan sobre la arena. Sus
patadas no merecen dicho nombre, son más bien toques con los pies. Debe ser la
distancia, el alcohol y el calor, o todo junto que nubla mis sentidos. Pues veo
sus cabezas deformadas, largas y afiladas. Y los ojos, unos ojos que no son
humanos.
El tiempo se detiene, solo retoma
su paso cuando mi novia me pregunta por qué paro de masajearle la espalda.
Continúo con mi labor como un autómata, vigilando a los torpes mutantes pasarse
la pelota. Una voz me hace volverme hacia los ancianos. – ¿Les importaría
vigilarnos las cosas mientras mi señora y yo nos damos un chapuzón? – mi novia
contesta por mí, al ver que no reacciono. – Por supuesto, vayan tranquilos.-
Demasiado paralizado por el pánico para salir corriendo, observo como dos
ejemplares de gamba, de tamaño humano, se dirigen saltando hacia el agua.
Cierro los ojos y lo achaco todo
al estrés, últimamente trabajo demasiado. Haciendo un esfuerzo sobrehumano
continúo aplicando crema, pero hace rato que ésta no se absorbe, noto las manos
pegajosas, la espalda de mi novia está resbaladiza como el plástico y desprende
un olor nauseabundo. Abro los ojos, una carcasa roja y pringosa entre mis
piernas. Retrocedo, golpeándome con la nevera y tirando el parasol. El ser se
gira, me sacude la cara con sus bigotes, me mira con esos ojos negros y pregunta. - ¿Se puede saber qué te pasa? –
Miro a mi alrededor, soy el único humano, estoy rodeado de gambas de todos los
tamaños y colores. Me desmayo.
No sé cuanto tiempo paso inconsciente tendido al sol, pero tengo
mucha hambre. Me despierta un delicioso
olor a gamba a la brasa.
FIN
jueves, 24 de mayo de 2012
Relato: Sin cobertura
Al consultar el importe de la
factura de su nuevo móvil de ultimísima
generación, se sorprende al ver una cuantía incorrecta y servicios que no
recuerda haber contratado. Llama a la compañía. Un hilo musical que contrasta
absurdamente con su estado de ánimo le da la bienvenida.
- Ha llamado a atención al
cliente de “aquí la compañía que elijáis”,
le daremos varias opciones escoja una: Consumo, pedidos, tarifas,
ofertas, información de su cobertura
geográfica, información para autónomos - interroga la grabación con alegre tono
servicial.
- Consumo –solicita paciente. La
máquina responde confirmándole innecesariamente el valor de su factura, le
pregunta si quiere algo más.
– Sí – contesta ofuscado.
– Elija una de las opciones:
Consumo, pedidos, tarifas, ofertas,
información de su cobertura….
– Enojado exclama alzando la
voz.- Operador – Se interrumpe la grabación y la voz contesta tomándose la
libertad de tutearle - perdona, no te entiendo.
- ¡Operador! – repite.
– Nada, que no te entiendo. Si
quieres que te atienda un agente di “agente”.-
-¡¡AGENTE!!-
- Has solicitado la asistencia de
un agente, mientras esperas a que tu llamada sea atendida te informaré sobre
las ofertas actuales… - Exasperado aguarda a que la máquina termine su
soliloquio, tras unos segundos eternos contesta un “agente”, que no operador.
- Buenos días, le atiende
Rodolfo, ¿con quién hablo y que puedo hacer por usted?- le pregunta con un tono
propio de un autómata. Se presenta y le detalla a Rodolfo su problema con la
factura, esperanzado tras hablar con un ser de carne y hueso capaz de empatizar
con su situación.
– Espere, le paso con facturación
– Responde Rodolfo sin despedirse. De nuevo esa extraña música que embravece a
las fieras.
- Buenos días, le atiende Sandra,
¿con quién hablo y qué puedo hacer por usted?- Inspira una bocanada de aire en
busca de paciencia y le repite a Sandra la explicación que unos instantes antes
le ha confiado al tal Rodolfo.
- ¿Podría facilitarme el número del
terminal? – solicita mecánicamente, obteniendo por respuesta una ráfaga de
nueve dígitos, disparados con furia.
- La factura es correcta, usted
tiene un bono 6 de 600 megas adicionales de internet, la tarifa del pato 30, en
total son 36 euros - responde omitiendo el detalle de los impuestos.
- Pero es que yo no he pedido ese
servicio, ni he utilizado esos 600 megas extra,
tengo suficiente con los 300 de la tarifa plana.-
- ¿No le informaron en la
tienda?- esgrime hábil la operadora.
Tocado pero no vencido replica: –
Debe haber un error, el primer mes no me cobraron ese servicio, ni siquiera
consta en la factura. -
Satisfecho con sus capacidades analíticas y creyendo su
argumento infalible, aguarda la rendición de su interlocutora.
- Es que el primer mes es gratis -
confiesa Sandra sin edulcorarle la
derrota.
- Si no le informaron adecuadamente en la
tienda, póngase en contacto con ellos para aclararlo y le rembolsaremos la diferencia – continua ahora más piadosa –
¿puedo hacer algo más por usted?-
- No- responde- bueno, sí. Da de
baja el bono 6- solicita.
- Ya está hecho- el teléfono
emite un pitido, más tarde verá el mensaje informativo sobre la notificación de
baja del servicio.- Ahora le pasaremos una encuesta para evaluar la atención al
cliente. Muchas gracias por su llamada - se despide. Cuelga obviando la encuesta y se pregunta qué
habría pasado si no hubiese recordado solicitar la baja del servicio – menudos
rateros están hechos.-
Decide tomarse un descanso para
calmar los ánimos. Se sirve un café y se fuma un cigarrillo, - ¿cuánto dinero
habrán recaudado con despistados como yo?- realmente no recuerda si en la
tienda le informaron de la caducidad de la gratuidad del servicio- llamaré,
total por probar - decide.
Se acomoda en el escritorio y
busca el número de teléfono de la tienda donde compró el teléfono, es un número
de “tarificación especial”, de pago vamos. Tras unos minutos de espera,
amenizados esta vez con un hilo musical digno de un músico de jazz, hasta las
cejas de ansiolíticos, un contestador automático le informa que todos los vendedores
están ocupados, que llame en otro momento. Su segundo intento resulta más
fructífero.
- La casa del Celular, le atiende
Paula – tras plantearle la cuestión y confirmarle sus datos personales la
vendedora le informa de su contrato. – Sí, usted tiene el bono 6, la tarifa
plana del pato 30 y el modem internet.
- ¿Perdón?, pero ¿qué modem?-
pregunta sorprendido.
- En la tarifa que contrató le regalábamos un modem usb para
conectarse donde quiera a internet, lo tiene esperando en la tienda desde hace
unas semanas. ¿Nadie le ha llamado? Los tres primeros meses eran gratuito, así que si
no lo quiere llame a su compañía para darlo de baja, claro que le facturarán
éste mes. –
- Dígame, ¿qué horario tiene la
tienda? – pregunta con calma.
- Estamos a su disposición hasta
las diez de la noche.-
-Bien, hasta luego entonces.-
domingo, 20 de mayo de 2012
Microrelato: Despedida
-Podrías ir, de eso no cabe duda,
pero ¿acaso sabes qué te espera en tan lejanos e inciertos horizontes? Lo más
probable es que decepciones y desengaños. ¡Si ni siquiera hablas inglés por
favor! Piensa lo bien que estás ahora mismo, la garantía de un mañana
programado por otros mejores que tú. -
-Realmente eres irremplazable, no
tienes motivos para preocuparte por el porvenir. ¿Quién como tú podría realizar
de manera tan impecable de operario de cadena de montaje? Además llevas tanto
tiempo haciendo lo mismo que lo más probable es que no sepas y no puedas hacer
otra cosa. ¿Quién te ha llenado la cabeza con éstos disparates? ¿Lo leíste en
algún libro de autoayuda de esos que están de moda últimamente? O quizá fue ése
amigo tuyo que…-
-¡Oye, te estoy hablando! ¡No te
vayas! ¡No me dejes aquí! ¡Eres un desagradecido!, ¿cuántos pesares te habré ahorrado?, ¿cuántas decepciones y
fracasos? No importa, vete. ¡Allá donde vayas te encontraré!-
Y dejó a su miedo gritando al
otro lado del detector de metales del aeropuerto.
Microrelato: El arte de la guerra
- Después de pensarlo detenidamente
y de consultarlo con mis asesores, he
decidido que no voy a ceder un milímetro de territorio. Conozco al
adversario y sus tácticas, perfeccionadas durante años. No importa lo que dure
el asedio, hoy será diferente. Hoy crearemos un precedente, merece la pena el sacrificio. Hemos cedido demasiadas
veces. Ahí viene, pero esta vez estoy preparado.-
La batalla dura poco. Su mujer se
acuesta a su lado, él da media vuelta y tras maldecir se queda dormido.
sábado, 19 de mayo de 2012
Microrelato "en inglés" :Cat's game
The kitten
advanced crouching, trying to remain hidden in the non-existent brush of the
roof. Suddenly, in a fraction of blink, gets driven with the back tips, blasts
wild against the inert bulk, pushes it with its tiny claws, jumps over it,
bites it and throws it away just to catch it again and continue with its funny
game. Bird’s parents watch the scene with resignation.
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